jueves, abril 24, 2008

La Penuria de Ser Jubilado en el Perú !!


Año 2005, 4 de abril.
Mientras esperaba recibir atención, un humilde trabajador independiente falleció en la puerta de uno de los locales de EsSalud en San Miguel. La víctima, identificada como Orlando Mendoza Barboza (55), llegó a las 02.00 horas a la oficina ubicada en la cuadra 22 de la avenida La Marina con el fin de inscribirse en el seguro facultativo. Cerca de tres horas después, don Orlando se desplomó frente a decenas de personas que como él esperaban que amaneciera para poder ser atendidos.

Conocí a Don Orlando, vivia a escasos metros de casa, cuando leí esa noticia, no pude dejar de sentir tristeza.... mucha tristeza y rabia. El fallecimiento de aquel amigo se dió cuando en el Gran Pozo Séptico ( el congrezoo vigente en ese año ) más de 100 hijos de puta debatían el tema de tener dos camaras para alojar a más sinverguenzas, fósiles políticos, y parasitos.
Sin embargo temas como la mejora de la calidad de los sevicios de atención a los trabajadores, a quienes aportamos mes a mes de nuestros sueldos para tener acceso a un seguro de salud decente y de calidad, jamás eran motivo de debates.

Resultado final: Lo único que se tenía y sin temor a equivocarme aun tenemos para atendernos es una entidad llena de burocratas, una caja chica gubernamental ( de donde creen que muchas veces se cogía dinero para solventar los gastos de los inquilinos de esa mierda llamada Palacio de Gobierno? ). Con lo cual una petición de atención médica significaba padecer colas, trámites engorrosos, demoras y padecimientos para al final obtener una cita que a veces no remedia nada. Y ni que decir de la falta de medicamentos y de doctores que realmente ofrezcan un servicio humano.

Hoy descubro una noticia casi similar, un pobre jubilado muere en un juzgado exigiendo lo que por derecho le corresponde: El pago de sus devengados.
¿Porqué el maltrato a nuestros pobres jubilados?
¿Porqué retardarles el pago de sus devengados, cuando más los necesitan?.

La pregunta martilla muchas veces nuestra razón: ¿porqué no pagarselos totalmente?. Pues asi podrían utilizar aquel dinero para mejorar sus viviendas, para pasar con alguna comodidad sus últimos años de vida. Porque tanta insensibilidad con quienes dieron los mejores años de sus vidas para sacar adelante a este ingrato país. País que brilla por la falta de gente con sentido social y que sin embargo reluce por la baja catadura moral de sus gobernantes y clase política.

En resumen este es el Estado sinverguenza, ladrón y canalla que tenemos los peruanos y que esta personificado en el actual presidente Garcia Perez. Un Estado que sin ningún remordimiento aplicó un pago a millones de peruanos ( cobro que se aplicó en el trámite de los pasaportes durante años ), y que luego resulto ser un pago antitécnico e ilegal, pero que en el colmo de la conchudez jamás ha sido devuelto a quienes lo pagaron. Este ejemplo nos da una idea de como funciona el sentido de la justicia en nuestra Patria.

Y para culminar agrego parte de un artículo de César Hildebrandt que ayuda a ampliar el concepto de como el aparato estatal sirve docilmente a quienes detentan el poder.

"Porque el Estado es más o menos bueno con los que esquilma pero es un truhán con los que ya esquilmó y dejaron de estar en la maquinaria de la producción. Dicen que aquí no hay pena de muerte, pero es a la muerte despaciosa a la que se condena a los viejos de la cédula muerta, a los pensionistas de los 280 soles, de los 470 soles, de los 195 soles.
Ser un viejo jubilado en el Perú es ponerte en una cola que da la vuelta a la manzana. Es esperar la compasión que no te ha de mirar ni de reojo. Es hacer otra cola para que, al final, te den un genérico dudoso comprado por tonelada y comisión. Es esperar inútilmente la gratitud que perdió el vuelo, el tren, la dirección, la gratitud que no tiene pasaje de vuelta.

Ser viejo ya es triste porque, como decía Leopardi, la vejez priva a la gente de los placeres pero le deja las apetencias. Pero ser viejo y jubilado común en el Perú es peor que perder la esperanza.
Un Estado ladrón gobernado por sucesivos forajidos condena a sus viejos a la indigencia mientras el dinero que les sacó de los bolsillos se convirtió en la carretera a Eisha, el subsidio a los Picasso, el regalito al Edelnor privatizado, la planilla gigante de los ministerios, el Banco de Materiales que era una casa de putas, la casa de putas que era el Banco que tuvo que ser salvado porque peligraba el sistema, ¿verdad PPK, comisionista de dos mundos y un solo bolsillo?

Si no eres solvente por herencia o por hábito o por lotería, muérete a tiempo, por favor. Que no te toque tocar puertas sordas y llamar a teléfonos que escupen grabaciones. Claro, hay excepciones. Una de ellas es esta: si robaste en mancha, en masa, en macrocifras, si con el diez por ciento de ese dinero compraste la impunidad y la prescripción y con otro diez por ciento te hiciste de una reputación de segunda mano aunque de buen ver, si eres un megaladrón y estás megablindado porque sales en los cuchés y pusiste plata en la campaña del que corta el jamón, entonces criogenízate y dura hasta que el hartazgo te liquide. Es cierto que sólo vemos envejecer a los demás. Es el consuelo narcisista que Malraux definió tan bien. Pero si eres pensionista en el Perú, no tienes ni siquiera el alivio de la distracción. El maltrato te obliga a mirarte en el espejo. La vida a la que te reducen te aniquila. Mueres de ventanilla, de cola interminable, de proctólogo con mala cara y poco tiempo, de pan con mantequilla pero sin mantequilla. Ayer murió, enfrentando a los abogados de la ONP, don Ubilde Suárez Cornejo.
Murió de inciso."
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Entierran a jubilado que falleció en juicio
Ubilde Suárez era dirigente de un grupo de jubilados a quienes por años se les niega el pago de devengados.
Entre muestras de dolor fue enterrado Ubilde Suárez Cornejo, el octogenario presidente de la Confederación de Jubilados del Perú que falleciera ayer de un paro cardiaco en plena diligencia judicial.
Uno de los hijos de Suárez, Herbert Suárez Rospigliosi, sostuvo que su padre murió en su ley. "Ha muerto luchando por una causa justa, en la que él y sus compañeros estaban muy comprometidos y que consideraban importante", dijo con congoja.
Cabe señalar que Suárez Cornejo llevaba más de quince años en un proceso judicial en el que exigía, tras su jubilación, el pago de devengados.
Tras su muerte han salido a la luz los problemas por los que pasan los jubilados para que la Oficina de Normalización Previsional apruebe el pago de devengados. Por ejemplo, al 31 de mayo del 2007, la ONP contabilizó 94.838 procesos judiciales previsionales en trámite, según un informe de la Defensoría del Pueblo.

Fuente: El Comercio - Perú

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