Sembrando primero
La señora Pilar Nores de García debería rendirle al país algunas cuentas. No es que dudemos a priori. Es que, tratándose de alguien tan próximo al doctor García, todo un César republicano, está no sólo el asunto de las esencias sino el de las apariencias.
En octubre de este año, la señora Pilar Nores de García nombró como máxima ejecutiva de su ONG Instituto Trabajo y Familia a la señora María del Carmen Baertl Jourde, hermana de un altísimo ejecutivo y accionista de la empresa minera Milpo –el señor José Ernesto Baertl Jourde–. Y como nos lo recordó Edmundo Cruz en una nota sobre el tema, resulta que Milpo es una de las mineras que más odia a las ONG vinculadas a la defensa del medio ambiente porque es una de las minas que más contamina y más impunidad reclama para hacerlo. Concretamente, Milpo odia a la ONG Labor, que ha perseguido sus tropelías tóxicas, que recibe dinero del extranjero para financiar sus valiosos estudios y que hoy está en la lista negra de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) gracias a la nueva ley pro gran minería dictada por el doctor García.
Bien, lo primero que tenemos que saber, por boca de la señora Nores de García –o si ella no quiere, por su vocera, la señorita Baertl– es cuánto dinero ha sido donado por Milpo para el programa Sembrando, que monopoliza la ONG de la señora Nores de García Instituto Trabajo y Familia. No vaya a ser que Milpo ponga en Sembrando más plata que la que habría decidido poner en el sombrero del doctor García, el presidente mendigo en relación a esa minería que hoy gana como jamás pensó y como no habrá de ganar, posiblemente, en el futuro.
Eso en primer lugar, modestamente. En segundo lugar, que la señora Nores de García nos diga cuántos servicios del Estado está recibiendo su ONG. Se ha dicho que Sembrando, la tarea palaciega de su ONG, no recibe dinero del Estado en contante y sonante. Pero los servicios, señora de García, también son costos que pagan los que pagamos impuestos: helicópteros para la prensa a su servicio, instalaciones computacionales, asesorías externas, gastos generales que antes pagaba Milpo –quise decir, usted– y que ahora paga Sembrando, materiales de oficina, apoyo logístico, choferes, Agencia Andina, impresiones, etc.
Es importante saber cuánto recibe usted del Estado en especies y servicios para saber cuánto le está costando al contribuyente su muy honorable filantropía altoandina, señora de García.
Es importante saber cuánto dinero exactamente recibieron las cuentas corrientes –cuyos códigos ahorraré al lector– de los bancos Crédito, Financiero, Interbank, Scotiabank y Banco de la Nación. Y digo exactamente porque no es un asunto de gritar cifras en una teletón sino de presentar toda la documentación en regla ante la siempre severa APCI. Me imagino que esos papeles ya estarán presentados.
También es importante saber cuánto dinero recibió –con precisión– la cuenta que el Scotiabank puso a nombre del Instituto Trabajo y Familia para las donaciones en efectivo provenientes del extranjero. Esa cuenta es la número 009-170-000002808742-27, swift BSUDPEPL y ha sido nutrida –nos dicen que muy bien nutrida– gracias al altruismo de la diáspora peruana y de algunas casas matrices de empresas que operan en el Perú. Y todo ello como producto de la campaña que la cancillería puso en acción para animar al mundo a que colaborara con Sembrando y, por ende, con su ONG propia, señora Nores de García.
En efecto –y para citar sólo un ejemplo–, el Consulado General del Perú en Los Ángeles lanzó hace algún tiempo un entusiasta comunicado que empezaba así:“Como es de conocimiento público, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, así como las Embajadas, Consulados y Representaciones Permanentes en el exterior, vienen apoyando el programa “Sembrando” con el decidido apoyo de las comunidades peruanas en el exterior, que será desarrollado por la ONG Instituto Trabajo y Familia, auspiciado por la Primera Dama de la Nación, señora Pilar Nores de García… Teniendo en cuenta la importancia del programa Sembrando… la ONG Peruvian American Foundation ha ofrecido su colaboración con la apertura de la Cuenta Nº 0626241375, del Bank of America, denominada Peruvian American Foundation-Programa Sembrando…”
Esta cuenta debía haber estado abierta sólo hasta el 20 de octubre del 2006 pero nuestras fuentes nos afirman que continúa “aperturada”, recibiendo los tiernos dólares, los compasivos euros y las pías libras esterlinas que la emoción social puede hacer saltar de las carteras.
En todo caso, corresponde a la señora Nores de García contarle al país cómo es que la APCI ha supervisado –o está supervisando– sus cuentas, las donaciones domésticas, sus ingresos foráneos y los servicios que recibe del Estado que jefatura su señor marido.
Ya no vamos a entrar en minucias y preguntarle, por ejemplo, cuánto se recaudó en el fastuoso desfile de modas que organizó Carmen Amelia Ampuero en apoyo a Sembrando, evento que salió en todos los cuchés del reino y que tuvo como auspiciador, cómo no, a Scotiabank, el banco que compró –con aval y todo– el Wiese de Susana de la Puente. Esas son pequeñeces que ni a la APCI le preocuparán.
La señora Pilar Nores de García debería rendirle al país algunas cuentas. No es que dudemos a priori. Es que, tratándose de alguien tan próximo al doctor García, todo un César republicano, está no sólo el asunto de las esencias sino el de las apariencias.
En octubre de este año, la señora Pilar Nores de García nombró como máxima ejecutiva de su ONG Instituto Trabajo y Familia a la señora María del Carmen Baertl Jourde, hermana de un altísimo ejecutivo y accionista de la empresa minera Milpo –el señor José Ernesto Baertl Jourde–. Y como nos lo recordó Edmundo Cruz en una nota sobre el tema, resulta que Milpo es una de las mineras que más odia a las ONG vinculadas a la defensa del medio ambiente porque es una de las minas que más contamina y más impunidad reclama para hacerlo. Concretamente, Milpo odia a la ONG Labor, que ha perseguido sus tropelías tóxicas, que recibe dinero del extranjero para financiar sus valiosos estudios y que hoy está en la lista negra de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) gracias a la nueva ley pro gran minería dictada por el doctor García.
Bien, lo primero que tenemos que saber, por boca de la señora Nores de García –o si ella no quiere, por su vocera, la señorita Baertl– es cuánto dinero ha sido donado por Milpo para el programa Sembrando, que monopoliza la ONG de la señora Nores de García Instituto Trabajo y Familia. No vaya a ser que Milpo ponga en Sembrando más plata que la que habría decidido poner en el sombrero del doctor García, el presidente mendigo en relación a esa minería que hoy gana como jamás pensó y como no habrá de ganar, posiblemente, en el futuro.
Eso en primer lugar, modestamente. En segundo lugar, que la señora Nores de García nos diga cuántos servicios del Estado está recibiendo su ONG. Se ha dicho que Sembrando, la tarea palaciega de su ONG, no recibe dinero del Estado en contante y sonante. Pero los servicios, señora de García, también son costos que pagan los que pagamos impuestos: helicópteros para la prensa a su servicio, instalaciones computacionales, asesorías externas, gastos generales que antes pagaba Milpo –quise decir, usted– y que ahora paga Sembrando, materiales de oficina, apoyo logístico, choferes, Agencia Andina, impresiones, etc.
Es importante saber cuánto recibe usted del Estado en especies y servicios para saber cuánto le está costando al contribuyente su muy honorable filantropía altoandina, señora de García.
Es importante saber cuánto dinero exactamente recibieron las cuentas corrientes –cuyos códigos ahorraré al lector– de los bancos Crédito, Financiero, Interbank, Scotiabank y Banco de la Nación. Y digo exactamente porque no es un asunto de gritar cifras en una teletón sino de presentar toda la documentación en regla ante la siempre severa APCI. Me imagino que esos papeles ya estarán presentados.
También es importante saber cuánto dinero recibió –con precisión– la cuenta que el Scotiabank puso a nombre del Instituto Trabajo y Familia para las donaciones en efectivo provenientes del extranjero. Esa cuenta es la número 009-170-000002808742-27, swift BSUDPEPL y ha sido nutrida –nos dicen que muy bien nutrida– gracias al altruismo de la diáspora peruana y de algunas casas matrices de empresas que operan en el Perú. Y todo ello como producto de la campaña que la cancillería puso en acción para animar al mundo a que colaborara con Sembrando y, por ende, con su ONG propia, señora Nores de García.
En efecto –y para citar sólo un ejemplo–, el Consulado General del Perú en Los Ángeles lanzó hace algún tiempo un entusiasta comunicado que empezaba así:“Como es de conocimiento público, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, así como las Embajadas, Consulados y Representaciones Permanentes en el exterior, vienen apoyando el programa “Sembrando” con el decidido apoyo de las comunidades peruanas en el exterior, que será desarrollado por la ONG Instituto Trabajo y Familia, auspiciado por la Primera Dama de la Nación, señora Pilar Nores de García… Teniendo en cuenta la importancia del programa Sembrando… la ONG Peruvian American Foundation ha ofrecido su colaboración con la apertura de la Cuenta Nº 0626241375, del Bank of America, denominada Peruvian American Foundation-Programa Sembrando…”
Esta cuenta debía haber estado abierta sólo hasta el 20 de octubre del 2006 pero nuestras fuentes nos afirman que continúa “aperturada”, recibiendo los tiernos dólares, los compasivos euros y las pías libras esterlinas que la emoción social puede hacer saltar de las carteras.
En todo caso, corresponde a la señora Nores de García contarle al país cómo es que la APCI ha supervisado –o está supervisando– sus cuentas, las donaciones domésticas, sus ingresos foráneos y los servicios que recibe del Estado que jefatura su señor marido.
Ya no vamos a entrar en minucias y preguntarle, por ejemplo, cuánto se recaudó en el fastuoso desfile de modas que organizó Carmen Amelia Ampuero en apoyo a Sembrando, evento que salió en todos los cuchés del reino y que tuvo como auspiciador, cómo no, a Scotiabank, el banco que compró –con aval y todo– el Wiese de Susana de la Puente. Esas son pequeñeces que ni a la APCI le preocuparán.
P.D. Continúo agradeciendo. Esta vez a Raúl Wiener, Denis Merino, Álvaro Campaña, Violeta Carnero de Valcárcel, Federico García, Alan Fairlie, Alan Rivera. Solicito disculpas por las omisiones, siempre involuntarias. Debo pedirlas también por un error infiltrado en mi columna de ayer: donde decía –en alusión a Canal 2– “porque la empresa podría cobrar” debió decir “porque la empresa podría quebrar”. Sólo así se entiende la maniobra de Ivcher: hacer que dos de sus trabajadores “convenzan” a un juez de que si la SUNAT le cobra a Canal 2, éste puede quebrar y ellos quedarse sin indemnizaciones futuras.
César Hildebrandt
Fuente: www.laprimera.com.pe
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