Un excelente análisis, que vale la pena leer y compartir.
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Más que su contenido, lo que molesta a muchos es la nacionalidad de la aerolínea que lo difundió.
El video transmitido por Lan ha sacado a flote más de una frustración nacional, lo cual está siendo aprovechado por algunos intereses particulares, con un resultado que es patético.
El grave error de Lan es no haber supervisado el material antes de difundirlo, salvo que alguien crea en el disparate que lo hizo a propósito. Pero no hay que ser zahorí para darse cuenta de que el problema real detrás de muchas quejas no es el propio contenido del video sino la nacionalidad de la aerolínea y el posible aprovechamiento que esto permite dada la evidente susceptibilidad por el tema que existe en el país.
Por un lado, debido a heridas mal procesadas producto de la guerra y, del otro, por la preocupación que genera en el país el notable avance que Chile ha logrado durante las últimas tres décadas en diferentes planos, desde el social hasta el militar, marcando un obvio desbalance con el Perú.
Esto ha producido reacciones de diferente tipo. Desde la legítima indignación por un programa donde el Perú sale mal parado como destino turístico, hasta -y acá están los más ruidosos- quienes quieren pescar en río revuelto.
Este último grupo incluye a muchos políticos que quieren montarse en la ola nacionalista para fortalecer sus candidaturas, autoridades del Ejecutivo que quieren salvar el pescuezo por si el Parlamento quiere cortar alguno, vendedores de videos turísticos, diarios en busca de lectores, y hasta un ministro que, para deshacerse del TLC en camino con Chile, pretende mezclar lo que sería una controversia con una empresa con un asunto de Estado.
Otras reacciones ensalzan al capital nacional como si este, por ser peruano, fuera a tener un desempeño social superior al extranjero y especialmente al chileno. Es un argumento sin mucho sustento pues el capital, como se ha demostrado tantas veces en el país, no tiene patria ni bandera.
Así, más que las imágenes de un video que injustamente dejan mal a la ciudad, lo que este ha destapado son varios intereses que no quieren desaprovechar la ocasión para sus fines particulares.
El video transmitido por Lan ha sacado a flote más de una frustración nacional, lo cual está siendo aprovechado por algunos intereses particulares, con un resultado que es patético.
El grave error de Lan es no haber supervisado el material antes de difundirlo, salvo que alguien crea en el disparate que lo hizo a propósito. Pero no hay que ser zahorí para darse cuenta de que el problema real detrás de muchas quejas no es el propio contenido del video sino la nacionalidad de la aerolínea y el posible aprovechamiento que esto permite dada la evidente susceptibilidad por el tema que existe en el país.
Por un lado, debido a heridas mal procesadas producto de la guerra y, del otro, por la preocupación que genera en el país el notable avance que Chile ha logrado durante las últimas tres décadas en diferentes planos, desde el social hasta el militar, marcando un obvio desbalance con el Perú.
Esto ha producido reacciones de diferente tipo. Desde la legítima indignación por un programa donde el Perú sale mal parado como destino turístico, hasta -y acá están los más ruidosos- quienes quieren pescar en río revuelto.
Este último grupo incluye a muchos políticos que quieren montarse en la ola nacionalista para fortalecer sus candidaturas, autoridades del Ejecutivo que quieren salvar el pescuezo por si el Parlamento quiere cortar alguno, vendedores de videos turísticos, diarios en busca de lectores, y hasta un ministro que, para deshacerse del TLC en camino con Chile, pretende mezclar lo que sería una controversia con una empresa con un asunto de Estado.
Otras reacciones ensalzan al capital nacional como si este, por ser peruano, fuera a tener un desempeño social superior al extranjero y especialmente al chileno. Es un argumento sin mucho sustento pues el capital, como se ha demostrado tantas veces en el país, no tiene patria ni bandera.
Así, más que las imágenes de un video que injustamente dejan mal a la ciudad, lo que este ha destapado son varios intereses que no quieren desaprovechar la ocasión para sus fines particulares.
Augusto Alvarez Rodrich
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