viernes, enero 07, 2005

Mafia toledista de Palacio de Gobierno explota a humildes obreros.

Encima estafan a albañil a quien le adeudan 135 soles pero para él no hay dinero.
Palacio de Gobierno, especialmente la Casa Militar, estaría cometiendo una serie de abusos contra humildes trabajadores a quienes explotaría haciéndolos trabajar hasta 74 horas a la semana, sin descanso y pagándoles irrisorias sumas de dinero, a diferencia de los denominados “chakanos” que sí gozan de todos los beneficios. Para ello, el régimen de Alejandro Toledo aprobó la Ley 728 que, justamente, le daría el marco legal a esa irregularidad.
Actualmente, se da la existencia de dos regímenes laborales en lo que se puede llamar el fortín de la Chakana, es decir Palacio de Gobierno. Uno –el más cuestionado– es el de la ley de Productividad y Competitividad Laboral D.L Nº 728, régimen privado precisamente adoptado por la sede del Ejecutivo desde el año 2002, precisamente para cometer los atropellos.
El otro régimen es la antigua Ley 276 que se aplica para los trabajadores de Palacio con más de 20 años de servicio, que por supuesto no le alcanza a los seguidores de Alejandro Toledo. Esto hace que se produzcan injusticias en los tratos, discriminación en las remuneraciones y en las presiones psicológicas y económicas para que los servidores deban “cambiarse de Régimen Laboral”.
Para comenzar, las diferencias de sueldos son sustanciales provocando naturales resentimientos y escondidas represiones. Por ejemplo, un técnico perteneciente al DL. 276, especializado y con 15 a 20 años de servicio, eficiente y conocedor de su campo tiene un sueldo promedio de S/. 650 (con gratificaciones de S/. 200 sin incluir los descuentos). Mientras que un servidor técnico perteneciente al DL 728, sin carrera conocida ni especialización, novato en las labores asignadas, ineficiente pero chakano convicto y confeso, goza de un sueldo de S/. 2,800. Otro ejemplo: Un operario de limpieza de DL 276 gana S/. 500 mensuales, mientras un operario de limpieza DL 728 casi triplica ese sueldo con un haber mensual de S/. 1,300 aproximadamente.
El personal del DL 728 en su mayoría no ha ingresado por concurso público, toda vez que el seudoconcurso realizado fue figurativo, preestablecido y amañado, según supo LA RAZÓN.
Según información proporcionada a este diario, la mayoría de chakanos son ineficientes y “comechados” que entraron por la ventana. Es más, señalan las fuentes, el 30% de personal adscrito a la ley 728 son amigos de la familia presidencial, “especialmente de Guillermo Gonzales Arica, de Adam Pollack” y recomendados de nada menos que de Fernando Manrique Quipusco, más conocido como “Filete”.
Otro de los que auspiciaría este tipo de privilegios con el dinero del Estado es Jorge “Coqui” Toledo.
“Fantasmas”
Lo peor de todo sería que ese grupo de gente, que si bien es cierto oficialmente se encuentra engrosando las planillas de Palacio de Gobierno, realmente no trabaja en esa sede como debería ser. Algunos de ellos trabajan directamente para el jefe de seguridad, Abraham Dan On, y otros, “sencillamente no trabajan pero sí cobran puntualmente”.
“Trabajan en sus negocios particulares, pero cada fin de mes firman su asistencia diaria en la Gerencia de Recursos Humanos como si asistieran diariamente, y sus jefes oficiales dentro de Palacio les dan la conformidad durante el mes”, añade la fuente.
Esa especie de argolla, por lo tanto, afecta directamente a los verdaderos trabajadores honestos de Palacio de Gobierno (comprendidos en el DL 276) porque el grueso del presupuesto asignado se va en estos “comechados” mientras que ellos siguen con sus magros sueldos.
“Negreros”
Según el memorándum Nº 367-2004/SGPR/GC.Adm/GO/JSSGG emitido por Juan José Llanos Chang, jefe de Servicios Generales del Despacho Presidencial, el 10 de setiembre pasado, informa al personal que trabajarán sábados y domingos 12 horas al día “hasta nuevo aviso”.
Se trata de labores que consistirían en “limpieza de salones, pintura de oficinas, pintado de residencia, lavado de patio, lavado de la fachada del jirón de la Unión, y otras tareas que impliquen el mantenimiento integral de todo el despacho”.
Y a continuación se fijan los siguientes horarios de trabajo:
Sábado, mujeres de 7 am. a 7 pm; hombres de 9 am a 9 pm; Domingo varones de 9am. a 9 pm.; de lunes a viernes: horario normal.
Luego se advierte que “esta disposición se inicia a partir de la presente semana y todas las semanas sucesivamente hasta nuevo aviso, en cumplimiento de lo dispuesto por la superioridad”.
“Se les obliga a trabajos de 6 a 7 días a la semana, que sobrepasan las 74 horas semanales, cuando lo legislado es de 8 horas diarias y hasta un máximo de 48 semanales”, afirman.
“¿Qué dirá de esto el Ministerio de Trabajo? ¿Acaso pregunta si los trabajadores del Despacho Presidencial tienen beneficios, paseos anuales con familiares, capacitación, cursos de actualización, etc?”, se pregunta la misma fuente.
Estafadores
El caso más evidente de abuso de autoridad, prepotencia y violación de los derechos humanos que se estaría cometiendo en Palacio de Gobierno es la denuncia que ha formulado el humilde albañil Osbaldo López Matos, a quien no se le cancela sus servicios prestados y cuyo monto asciende a 135 soles.
No obstante haber oficiado en diversas oportunidades sendas cartas dirigidas al todavía secretario general de la Presidencia de la República, Luis Chuquihuara Chil, su reclamo no ha sido atendido y, por el contrario, sólo le han formulado –según él—promesas de trabajo fijo en la sede del Ejecutivo”.
“Me contrataron para hacer un trabajo de albañilería en el contorno de Palacio de Gobierno (Desamparados) y por lo cual me vienen adeudando la suma de S/. 135 soles por tres días y he venido a cobrar en varias oportunidades, gastando pasaje. Vivo muy lejos pero el señor José Llanos, jefe de Servicios Generales, me manifiesta que no hay dinero para pagarme (tratándome con desprecio, humillándome), lo cual me parece extraño y que es sólo un pretexto para no pagarme los días de trabajo que me deben”, reseña la carta enviada a Chuquihuara Chil el último 29 de diciembre.
“Es un dinero que me hace mucha falta por muy poco que le parezca”, agrega.
Luego, López Matos suplica: “Señor Secretario, usted como padre de familia comprende que necesito con suma urgencia el pago por los días que he trabajado; no pido que me regalen, es mi trabajo, mi sudor, soy un hombre que se gana el pan de cada día con honradez”.
Pero hasta el momento, nadie lo escucha ni atiende.

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