"Un Chino regresa de viaje a su país y sus amigos le piden que les cuente como es el Perú. En el Perú; les contaba, el chino; los dueños de las minas y el petroleo son los norteamericanos y canadienses, las lavanderias y bodegas las tenemos los Chinos, los japoneses son los dueños de los restaurantes, los chilenos ya estan adueñandose del comercio y de algunos sectores estratégicos". Uno de los amigos lo interrumpe y le dice: !Y los peruanos !.
Me parece tan actual el chiste, por eso no le encuentro nada de interesante y motivo de orgullo poner banderitas en las casas, ver a un conjunto de tipos vestidos de camuflaje y encaramados en juguetitos blindados y obsoletos, desfilando como autómatas ( recuerdo un desfile donde un tanque echaba mas humo que una cafetera y encima se dañó y tuvieron que moverlo con una grua del Ejército ).
La naúsea que muchos sentimos se justifica, pues es increible que un tipo de la calaña de García ostente hoy el cargo de presidente de la república. Y para coronar el pastel de estiércol en que se ha vuelto la política, tenemos una mesa directiva del actual basurero o congrezoo conformada por lo peor de lo peor. Pero en fin nuestro país lamentablemente sigue siendo el país de los amnésicos
El cuy es tradicionalmente uno de los platos fuertes de la cocina peruana y su consumo es muy popular en las regiones andinas y en la costa central.
Aparte de las bondades del cuy en la mesa de los peruanos, Moreno saca provecho del estiércol del roedor para producir biogas, que es fuente de energía limpia, así como bioabonos líquidos y sólidos.
Este proceso consiste en depositar los desechos del roedor en un depósito bajo tierra que se denomina biodigestor donde se mezcla con agua, produciéndose una fermentación de la cual sale gas metano y abono líquido.
El gas le sirve para encender la cocina de su casa y genera además energía eléctrica para una docena de focos como parte de un proyecto experimental que en un futuro cercano aplicará para dar luz a su finca, en el distrito rural de Pachacámac, sector sur de Lima.
Mediante otro proceso Moreno realiza una mezcla del estiércol con hojarasca y residuos de cosecha en pequeños montículos de un metro y medio de altura, cuya unión genera compost o abono, que utiliza para sus frutales, hortalizas, plantas aromáticas, que le sirven para la supervivencia de su familia.
"Lo que uso no es porquería ni basura, es el recurso para salir de la pobreza", explicó Moreno al advertir que él utiliza una antigua tecnología tradicional usada en China e India.
"Todo se basa en la ley de Lavoisier según la cual la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma", añadió, subrayando que se trata de un proceso de reciclaje natural y tradicional en que se puede utilizar otros tipos de guano orgánico.
En su pequeño fundo su familia no compra gas, ni petróleo desde hace muchos años, tampoco usa los fertilizantes comunes.
Para Moreno su experiencia demuestra que la agricultura pequeña es viable y que bien manejada permite dar calidad de vida.
"En muchos casos la pobreza no es falta de recursos sino expresión de nuestra incapacidad para transformar la realidad en calidad de vida y desarrollo", aseveró.
En su pequeña propiedad denominada "Bioagricultura Casa Blanca", Moreno y su esposa realizan ensayos experimentales y se sienten satisfechos de lograr la autosuficiencia alimentaria.
También dictan charlas a universitarios sobre elaboración de abonos orgánicos, construcción y manejo de digestores, dictan cursos integrales de agricultura ecológica y sobre todo de crianza de cuyes.
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