Nuestro País, Perú. Es un lugar de contrastes y situaciones que vistas de un modo racional resultan realmente incomprensibles.
Si una persona observa el desarrollo de un delito o crimen y se le requiere como testigo. ¿No es prioridad brindarle protección contra cualquier represalia?.
Aplica esta situación a un policía, que producto de su lucha con el narcotrafico ha sido amenazado de muerte y solicita el cambio de lugar de trabajo. Sin embargo dicha solicitud fue prácticamente ignorada y hoy sólo queda el lamento de su muerte.
En nuestra sociedad es un secreto a voces que para solicitar un cambio, tienes que tener padrino, buenas conexiones, o la llamada "vara". Que no es si no, las influencias necesarias para lograr tu solicitud.
Imaginemos por un momento que el teniente de la Policía Nacional, Héctor Zegarra, asesinado el 01 de noviembre en un ataque armado a la comisaría de Ocobamba, región Apurimac. Hubiera sido familiar de un congresista aprista, o pariente del incapaz de Alva Castro. Creen uds amables lectores que la solicitud de cambio no se hubiera agilizado con toda la atención debida?.
Es que aquí se mantiene el reino de los favores, la coima, la corruptela y toda esa lacra que fue el crisol de la política aprista de los años 80's.
Este es el Perú señores, un lugar donde ascienden al marido, y/o familiares de quienes tienen participación en el poder de turno, pero se deja morir a valerosos policias, sin brindarles la oportunidad de protegerse.
Y lo peor de todo es querer evadir la responsabilidad, declarar afirmaciones que luego hay que desmentir y quedar ante la opinión pública como un burdo hijo de puta. Perdonen la palabra, pero esa es la calificación que merece un tipejo para quien la vida de un oficial sólo representa una cifra en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
Medita Alva Castro, y recuerda que detrás de cada peruano uniformado, existe una familia, una esposa e hijos que esperan por su ser querido. Si no eres capaz de pensar en ello, no mereces haber nacido.
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Ministro del Interior cae en contradicciones en caso de emboscada en Ocobamba
Un programa periodístico reveló una serie de contradicciones en las que cayó el ministro del Interior, Luis Alva Castro, en torno a una solicitud de traslado- por razones de seguridad- del teniente de la Policía Nacional, Héctor Zegarra, asesinado el 01 de noviembre en un ataque armado a la comisaría de Ocobamba, región Apurimac.
Una de las primeras contradicciones del integrante del Poder Ejecutivo fue indicar que la víctima no había pedido su cambio. Posteriormente confirmó que sí existía la solicitud, pero dijo no había sido aceptada por la X Dirección Territorial Policial, con sede en el Cusco.
Sin embargo, el programa “Cuarto Poder” presentó un oficio que el general Carlos Essaín, entonces jefe máximo del solicitante, envió a Recursos Humanos de la Policía Nacional opinando a favor del pedido de traslado.
La segunda contradicción radica en que, según el ministro del Interior, la investigación “transparente” de Inspectoría permitió demostrar que Zegarra Bernaola sí había demandado su cambio.En ese sentido, el jefe de Recurso Humanos de la PNP, general José Sánchez, precisó que Inspectoría no había solicitado- hasta el momento- información sobre el caso del teniente asesinado.
Alva Castro afirma además en declaraciones a la prensa que Zegarra precisó en su pedido que había prestado servicios en Ocobamba.
No obstante, el policía sólo indica en el documento que el 2005 sirvió en Chincheros, donde capturó a varios narcotraficantes por lo que recibió una serie de amenazas de muerte.
Fuente: RPP
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