El día de hoy el Director de Peru 21, Augusto Álvarez R. expresa en su columna un comentario sobre la actitud del Apra cuando se trata de sancionar la corrupción.
Como dice el viejo adagio: "Oro para mis amigos, hierro para mis enemigos".
O mucho mejor "impunidad para mis secuaces, sanción para mis adversarios".
Es la típica doble moral que caracteriza a los apristas, y que ha regido toda la vida de este "partido" político. Para muestra recordemos la campaña que armaron en el congrezoo de los años 85 y 90's para evitar las investigaciones contra el sinverguenza que nos dejo un país destruido y al borde del abismo.
Es como un dejavu el ver nuevamente a esta gentuza encaramada en el poder, disponiendo de los puestos del Estado para colocar a gente de su entorno o para ganarse "alguito".
Que hemos hecho los peruanos para merecer esto?. Una gran masa de electarado se dejo ganar por el verbo y la demagogia del mitomano de siempre. Otros lamentablemente votamos por quien pensabamos que sería una opción adecuada, pero al igual que muchos se vino abajo por el peso de sus errores. Y por la campaña sucia de un sinverguenza que no tuvo reparos en llamarla "Candidata de los Ricos", pero que hoy esta haciendo los méritos necesarios para llevarse ese "honroso" título.
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El Apra demuestra que búfalo no come búfalo.
Elsa Canchaya, la congresista de Unidad Nacional que contrató a su empleada doméstica como asesora, seguramente para apropiarse de su sueldo, ya ha sido suspendida, y la Vocalía Suprema -a solicitud de la procuraduría del Congreso- ha ordenado el embargo preventivo de sus bienes con el fin de garantizar el pago al Estado de la reparación civil en caso sea hallada culpable.
Elsa Canchaya, la congresista de Unidad Nacional que contrató a su empleada doméstica como asesora, seguramente para apropiarse de su sueldo, ya ha sido suspendida, y la Vocalía Suprema -a solicitud de la procuraduría del Congreso- ha ordenado el embargo preventivo de sus bienes con el fin de garantizar el pago al Estado de la reparación civil en caso sea hallada culpable.
Tula Benites, la congresista del Apra que contrató a un individuo como auxiliar de su despacho pero que nunca se apareció por su oficina mientras otra persona cobraba su sueldo en Trujillo, sigue despachando muy campante como parlamentaria mucho tiempo después de haber sido desnudada por este diario con las manos en la masa.
¿Por qué el trato diferenciado entre Canchaya y Benites? La respuesta es escandalosamente obvia: el Partido Aprista ha blindado a esta integrante de su comunidad política a través de una serie de maniobras para que su caso no pueda ser resuelto por la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, consiguiendo que la decisión se postergue hasta la próxima legislatura.
El artífice de esta trampa es el congresista aprista José Carrasco Távara, quien por segunda vez en una semana frustró el quórum de dicho grupo parlamentario. El votante debería acordarse de él en la próxima elección para impedir que regrese al hemiciclo.
Pero sería ingenuo pensar que Carrasco Távara actúa así por decisión propia. Él no es más que el operador del alto mando aprista que ha decidido blanquear el delito de la 'Canchaya del Apra'.
Cómo no recordar que el primero en declarar su inocencia fue el presidente de la República, o la estrecha relación de esta con el vocal supremo Walter Vásquez Vejarano -cuya vinculación con el Apra y con el jefe de Estado es antigua y conocida-, mientras el propio premier Jorge del Castillo le consigue entrevistas echadas en la televisión para que Benites se limpie.
¿Este es el ejemplo sucio que el Apra quiere darle al país? ¿Así pretende recuperar la imagen desprestigiada del Congreso? Este escándalo no puede quedar impune como quiere el gobierno.
Extraido de Peru21
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