Tiembla, Sicán!
Roberto Ochoa B.Editor.
Debo reconocer que se me pusieron los pelos de punta cuando vi al presidente Alan García recorriendo las tumbas develadas en Huaca del Oro y posando con el tumi descubierto en las excavaciones de Sicán.
Mi pánico tiene fundamento. Si bien el mandatario invocó al Poder Judicial a sentenciar el desalojo de los taladores informales y traficantes de tierras que invadieron los bosques de Pomac -un frágil ecosistema que alberga las majestuosas pirámides mortuorias de la cultura Sicán- AGP también citó y elogió al vecino Museo de las Tumbas Reales del Señor de Sipán, como eje del circuito turístico del norte.
Pero Alan tiene una enorme deuda con el Señor de Sipán. Desde 1989, cuando en un solo y fatídico día plasmó su firma para legalizar cientos de finas piezas de oro y plata robadas en Huaca Rajada, Sipán, y adquiridas con malas artes por el ciudadano italiano Enrico Polli Bianchi.
Y todo para satisfacer un capricho propio de su megalomanía. Ese año Francia tiró la casa por la ventana para celebrar el bicentenario de su revolución, y AGP ofreció al caballazo una exposición en París del recién descubierto Señor de Sipán. Sin embargo, las piezas rescatadas en las tumbas que se salvaron del huaqueo estaban siendo restauradas, y el propio Dr. Walter Alva se negó a que salieran del Perú.
Fue entonces cuando AGP buscó a Polli Bianchi, quien ofreció toda la colección adquirida con malas artes a los huaqueros que habían saqueado Sipán. Polli exigió una sola condición: que la colección robada fuera legalizada por el Estado peruano. García dio la orden y esa legalización contó con su rúbrica, con la de Mercedes Cabanillas (entonces Ministra de Educación) y del titular del INC, Germán Peralta. Como para redondear la historia, es bueno recordar que por aquellos días la asesora legal del INC era nada menos que Laura Bozzo.
Son detallitos inolvidables del primer gobierno de García que ya figuran en la historia nacional de la infamia. Pero si AGP quiere reivindicar sus embarradas sólo tiene que iniciar las gestiones para que la "colección" de Polli Bianchi -que se exhibe como joyería barata en su domicilio- pase a integrar el majestuoso Museo de Sipán.
Roberto Ochoa B.Editor.
Debo reconocer que se me pusieron los pelos de punta cuando vi al presidente Alan García recorriendo las tumbas develadas en Huaca del Oro y posando con el tumi descubierto en las excavaciones de Sicán.
Mi pánico tiene fundamento. Si bien el mandatario invocó al Poder Judicial a sentenciar el desalojo de los taladores informales y traficantes de tierras que invadieron los bosques de Pomac -un frágil ecosistema que alberga las majestuosas pirámides mortuorias de la cultura Sicán- AGP también citó y elogió al vecino Museo de las Tumbas Reales del Señor de Sipán, como eje del circuito turístico del norte.
Pero Alan tiene una enorme deuda con el Señor de Sipán. Desde 1989, cuando en un solo y fatídico día plasmó su firma para legalizar cientos de finas piezas de oro y plata robadas en Huaca Rajada, Sipán, y adquiridas con malas artes por el ciudadano italiano Enrico Polli Bianchi.
Y todo para satisfacer un capricho propio de su megalomanía. Ese año Francia tiró la casa por la ventana para celebrar el bicentenario de su revolución, y AGP ofreció al caballazo una exposición en París del recién descubierto Señor de Sipán. Sin embargo, las piezas rescatadas en las tumbas que se salvaron del huaqueo estaban siendo restauradas, y el propio Dr. Walter Alva se negó a que salieran del Perú.
Fue entonces cuando AGP buscó a Polli Bianchi, quien ofreció toda la colección adquirida con malas artes a los huaqueros que habían saqueado Sipán. Polli exigió una sola condición: que la colección robada fuera legalizada por el Estado peruano. García dio la orden y esa legalización contó con su rúbrica, con la de Mercedes Cabanillas (entonces Ministra de Educación) y del titular del INC, Germán Peralta. Como para redondear la historia, es bueno recordar que por aquellos días la asesora legal del INC era nada menos que Laura Bozzo.
Son detallitos inolvidables del primer gobierno de García que ya figuran en la historia nacional de la infamia. Pero si AGP quiere reivindicar sus embarradas sólo tiene que iniciar las gestiones para que la "colección" de Polli Bianchi -que se exhibe como joyería barata en su domicilio- pase a integrar el majestuoso Museo de Sipán.
Tomado del Diario La República.
1 comentario:
Estimado Edwin Jesús Falla Arévalo:
Las voces son cada vez más fuertes. La campaña CHAU BAKULA tendría resultados pronto.
Pero adivina quien entraría al INC:
Don Germán Peralta nuevamente!
Yo creo que vas preparando el background de ese tío o armando una campaña similar a la de CHAU BÁKULA. Reuniones van y vienen y se siente cada vez más fuerte GERMAN PERALTA AL INC.
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