sábado, diciembre 29, 2007

Militares Peruanos y Montoneros Argentinos !


Para quienes defienden al Golpista Morales Bermúdez sería recomendable aconsejarles la lectura del libro del periodista Ricardo Uceda: "Muerte en el Pentagonito", y descubrir como fue ejecutado el plan para capturar y entregar a los militares argentinos a los ciudadanos: María Inés Raverta, Julio César Ramírez y Noemí Gianotti de Molfino. Es realmente un insulto a la inteligencia pensar que un operativo de esta magnitud no tenía conocimiento de la cúpula castrense que gobernó el Perú en esos años.

Si Alan "Frontón"García, quiere defender al uniformado es su puto problema, pero que no piense que todos los peruanos nos chupamos el dedo.

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DENUNCIA DE UN LIBRO RECIEN EDITADO EN LIMA
Un plan de los Montoneros para asesinar a Videla en Perú
Lo habrían abortado militares argentinos y peruanos en 1980; hubo 3 guerrilleros muertos.

El ex agente del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) Arnaldo Alvarado, más conocido como "El Negro", rompió su silencio después de casi 25 años y reveló los detalles del operativo secreto que ejecutaron militares peruanos y argentinos en la capital peruana para secuestrar a un grupo de montoneros que supuestamente preparaban el asesinato del ex dictador Jorge Rafael Videla durante una visita oficial en Lima.El 12 de junio de 1980, cuando faltaban sólo siete semanas para que el general Francisco Morales Bermúdez entregara el poder a Fernando Belaúnde, quien ganó las elecciones tras 12 años de dictadura militar, los servicios secretos de las dictaduras peruana y argentina ejecutaron una última acción antisubversiva: detener a los montoneros encabezados por Roberto Perdía que se encontraban en Lima para liquidar a Videla cuando asistiera como invitado al cambio de mando, el 28 de julio.

La operación se consumó con el secuestro de María Inés Raverta, Julio César Ramírez y Noemí Gianotti de Molfino, quienes fueron conducidos hasta la frontera con Bolivia, y de allí transportados por los uniformados argentinos. Raverta y Ramírez continúan desaparecidos, mientras que Gianotti apareció muerta poco después en un piso de Madrid.

El secuestro de los montoneros es uno de los hechos documentados por el periodista Ricardo Uceda en su libro Muerte en el Pentagonito: Los cementerios secretos del Ejército peruano, una exhaustiva investigación que acaba de ser publicada por Editorial Planeta y que incluye el relato de ex agentes que por primera vez develan las atrocidades que cometieron con el aval de sus superiores. El libro está basado en los testimonios del ex agente Alvarado y otros ex jefes militares, además de entrevistas con el ex montonero Roberto Perdía y con el hijo de Gianotti, Gustavo Molfino, que sobrevivió al operativo. Todos los autores de este caso continúan impunes.

La operación contra los montoneros se inició el 9 de junio de 1980. Ese día el jefe del SIE, coronel Martín Martínez Garay, convocó a un grupo de oficiales a "El Pentagonito", como se conoce a la sede del ejército peruano. A la cita acudió un coronel argentino no presentado por su nombre, pero que requirió ayuda para detener a montoneros en el marco de la Operación Cóndor, la red de detención de opositores orquestada por las dictaduras en los 70 y 80.

"Imaginensé (sic) que acá asesinen a Videla. ¡Qué repercusión internacional habría! ¡Qué situación incómoda para Perú!", resaltó el argentino. Sólo quería, dijo, capturarlos y llevárselos de vuelta a la Argentina. Pero no había venido solo. Los militares argentinos trajeron consigo a Federico Frías, un metalúrgico que militaba en Montoneros capturado en Buenos Aires. Frías sería usado como señuelo para detener al grupo.

El contacto de Frías en Lima era María Ines Raverta, de 24 años y con dos hijas. A comienzos de 1980 Raverta se había trasladado a Lima con Noemí Gianotti de Molfino, de 55 años, viuda y madre de seis hijos. Tres de ellos pertenecían a Montoneros y los otros al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Gustavo Molfino era montonero y estaba con ella en Lima para preparar el cónclave con los militantes venidos de Argentina. Raverta y su madre se encargaron de alquilar casas y de montar una red de seguridad para evitar detenciones, en particular de Perdía, el número dos del grupo.

Según el relato de Uceda, los militares secuestraron a Raverta y Gianotti. Roberto Molfino escapó por minutos a la operación.

El ex agente Alvarado intervino en el secuestro de Raverta, a quien llevaron a un club del ejército en Playa Hondable, a media hora al norte de Lima. Y fue testigo de las torturas con picana eléctrica a las que sometieron a la mujer para que informara sobre la ubicación del resto de sus compañeros.

El periodista Ricardo Uceda conversó con el ex dictador Francisco Morales Bermúdez, quien aseguró que no había autorizado ni tenido conocimiento de la operación, y que de haber estado informado habría impedido que los montoneros fueran entregados a los militares argentinos porque eso implicaba una muerte segura para los detenidos. No obstante su molestia, el general justificó: "No podíamos darnos el lujo de tener en el país subversivos con las manos libres durante el período de transmisión de mando."El ex montonero Perdía también habló con Uceda. Rechazó la versión del preparativo de asesinato de Videla en Lima, quien finalmente desistió de visitar Perú. "Nuestra última acción militar ofensiva fue en 1979. En 1980 no hicimos ninguna", dijo.El juez español Baltasar Garzón abrió un proceso contra los responsables de la muerte de Noemí Gianotti, quien apareció muerta en Madrid, y pidió informes a Lima. Aún no recibió contestación. En Perú, éste es uno de los crímenes aún impunes perpetrados por militares de la dictadura.
Fuente: El Clarín

2 comentarios:

Camminare domandando dijo...

A pesar de lo que piensen muchos y a pesar del hecho que Alan Garcià este nuevamente al gobierno, creo que los peruanos que ya no "se chupan los dedos" sean mas y mas. Eso es lo de que me di cuenta el verano pasado regresando en Perù (veinte anos despues de la ultima vez) y eso es lo que me parece claro leendo ahora tu post.

Volverè a leerte. Y esperamos que el proceso contra Morales Bermudez en mi pais pueda servir para el respeto completo de los derechos humanos en Perù y en todo Sudamerica.

Francesco

Anónimo dijo...

Es indignante que solo en el Peru Alan Garcia defienda al genocida de Morales Bermudez, autor del incendio a la biblioteca nacional y de otros crimenes mas,al extremo de protejerlo de la orden de captura que la justicia italiana dicto en su contra; otros paises latinos como Argentina, Chile ,etc hace mucho que empezaron a juzgar a estos genocidas y en el Peru ¿cuando se le juzgara a Garcia del genocidio en los penales, de las matanzas de Cayara, Accomarca y otros,donde mataron a niños y ancianos? ¿Cuando sera? ¿Cuando se respetaran los derechos humanos? La verdad cada vez estamos mas lejos.

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