sábado, noviembre 04, 2006

Yo tambien quise matar a García. !!

Un entretenido artículo del Periodista Renato Cisneros que sintetiza, el deseo que tuvimos todos de matar al sinverguenza; que nos dejo un Perú destruido en la decada de los 80's.
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Sospechosos comunes
Admitámoslo: todos hemos querido matarlo alguna vez. Porque nos arrojó al último piso de la autoestima. Porque nos mostró el perfil más huesudo de la pobreza. Porque hizo palpable el ocre espejismo de que el Perú era un país sin futuro. Porque hizo que nuestros amigos y hermanos desearan con todas sus fuerzas largarse justificadamente de ese país. Por su absurdo engreimiento de estatizar la banca. Por inaugurar una multicolor kermesse de dólares MUC. Por las múltiples colas sin fin. Por las matanzas que apañó (por no hablar de las que ordenó). Por no apagar con firmeza los rumores de que fueron los apristas quienes ajusticiaron a Rodrigo Franco. Por ser amigo de Mantilla. Por ser pata de Polay. Por no apresar a Abimael. Por hacerle patita de gallo a Fujimori, ayudándolo a que derrote a Vargas Llosa. Por su vieja soberbia, por su reciente adulterio. Por lo que haya sido. Todos los peruanos que tras su primer gobierno no sentimos en calidad de damnificados y que aún vemos su regreso y conversión con no poco escepticismo, antes o después, más temprano que tarde, guiados por distintos móviles, hemos querido matar al ciudadano Alan Gabriel Ludwig García Pérez.
Menuda chamba, entonces, la que le espera al Gobierno si sigue empeñado, como parece, en descubrir quién está detrás de este supuesto 'complot' para acabar con la vida del mandatario. Cuando terminen de entrevistar a cada uno de los veintipico millones de peruanos sospechosos de perpetrar tal atentado, ya será julio de 2011 y, claro, no sería raro que Mauricio Mulder y compañía se cojan de ese contrasentido para forzar una reelección desde el Congreso. La pregunta no es ¿quién quiere matar a Alan García, sino quién no ha querido matarlo alguna vez? Y aunque venga apadrinado por el emblemático sello de agua del prístino gobierno de los Estados Unidos, este chiflido conspiratorio suena muy desentonado. Es una galleta rancia y masticada que nadie está dispuesto a tragarse.
Si los escuderos de Alan buscan distraer a la gente de su vigilancia del gobierno, están patinando escandalosamente. Mejor será que agoten sus pilas trabajando en los temas necesarios y dejen de lado esas bobas teorías de imposibles conjuras. Aunque si quieren perder el tiempo insistiendo en ella, ahórrense las pesquisas, abrevien el proceso y arréstenos a todos, que iremos a la cárcel felices y en trencito.
Renato Cisneros
Tomado del Diario El Comercio

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